Discurso de odio.

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Por Luciano Blanco González

     Suena muy fuerte la idea triunfalista de la candidata presidencial Claudia Sheinbaum, respaldada por la Coalición de Juntos Hacemos Historia, las savias e incuestionables encuestas así lo muestran con sus graficas y estadísticas que los científicos de la estadística espolvorean por todos los medios de comunicación.

      Los desinteresados agoreros, muestran una candidata que avanza con un discurso claro y preciso que repite invariablemente las bondades de la política e ideología del líder real de la transformación Andrés Manuel López Obrador.

       Ella emociona y abona la esperanza de que los pensionados sigamos recibiendo puntualmente nuestra pensión de adultos mayores, incluso entusiasma con la posibilidad de que esta se incremente y de que se disminuya la edad para recibirla, los jóvenes y estudiantes becarios, así como los discapacitados y los jóvenes construyendo el futuro,   o sea el gran activo de la candidata y de su partido, a los que hay que sumar todo lo que aporten los gobernadores y presidentes municipales afines,  quienes en correspondencia a las obras que construyen en las congregaciones, rancherías, colonias y comunidades cuentan con el apoyo de sus habitantes que siempre quieren más regalías y obras.

      Pero así como su discurso es una miel para sus seguidores, las criticas acres de sus opositores, hacen sentir que ella es la continuidad de la riña, del pleito, de la exclusión que hace tanto daño y su resonancia a dividido peligrosamente a todo el país.

      A esa confianza con que avanza Doña Claudia, hay que abonar la percepción que difunden los analistas y comunicadores al informar que su principal adversaria La Ingeniero Xochitl Gálvez se ha desinflado y que ya no avanza, que no tiene un discurso que emocione y alebreste a la sociedad como sucedió recientemente en Argentina, donde la gente hastiada de los justicieros, de los peronistas y del mal manejo de la economía, le dieron las espaldas a los libertadores infringiéndoles una derrota sin precedentes, no importando la intensa política del Bienestar impuesta desde el Peronismo que encarrilo una política paternalista que daba la impresión de ser para siempre, por el fuerte respaldo de las turbas y muchedumbres exigentes a los que el Estado reparte pensiones, alimentos y un exaltado discurso celebrando a los descamisados y denostando al empresariado.

      ¡Cuidado¡ cuando hablemos de Xochitl, tenemos que pensar que es una mujer exitosa, producto del esfuerzo, que no es una líder improvisada y que no tiene quien la asesore, no hay que verla sola y enmarañada por la partidocracia que le impone candidatos, la señora a demostrado una suave cautela, y quizás su gran secreto de crecimiento es que su discurso no es de odio, no es de ataque hasta ahora, parece que ella ha sentido el cansancio del pueblo ante tanto denuesto y triunfalismo oficialista a veces sin sustento, otras vulgar, de corte corriente, insustanciales, cuyo contenido ofende la moral y las buenas costumbres de la sociedad mexicana.  

      Ella se dedica a denunciar lo que cree que son errores y abusos del poder, es constante su llamado a la unidad, inclusive que le reconoce su obra al presidente y se compromete a continuar lo bueno que herede y si es necesario mejorarlo, además es necesario recordar que aun No es tiempo de propuestas.  

      Por eso Samuel García en caso de ser candidato de Movimiento Ciudadano no va a crecer, el se comporta como paladín de la verdad, pero su discurso es insultante y no es lo que el pueblo espera de él, que podría ser la expresión del progreso, del conocimiento, de la cordialidad, pero si pretende ser el ventarrón que fue Vicente Fox en su campaña con la lengua muy suelta por así ser necesario para detener a Cuauhtémoc Cárdenas, aquel actuó, como instrumento de lo que ahora llamamos Prian.  

      Del Presidente López Obrador,  ni hablar, vivió su momento en los campos y en las calles de México, abrazando campesinos sudorosos, cargando chamacos sucios, siempre apretado entre las multitudes que lo abrazaban como la gran esperanza para un futuro mejor,  con mensajes ríspidos pero siempre con la protección del Presidente Peña Nieto quien no permitió que lo tocaran, por el contrario, él, sin enseñar las manos se dedico a desgastar al rival más fuerte, a Ricardo Anaya aspirante presidencial por el Pan. A quien acoso con investigaciones sobre delitos ficticios, dedicándose este ultimo más que nada a defenderse, más que a promoverse.

      Los partidos deben de moderar a sus candidatos, no queremos elecciones violentas en donde salen de la nada hombres encapuchados armados de martillos, extintores y piedras para disolver mítines, reuniones y manifestaciones, enmascarados robando urnas, sicarios desapareciendo candidatos y lideres por encargo de quien sabe quien, en verdad que no queremos eso, anhelamos una justa limpia y democrática que el Presidente ya se comprometió a garantizar.

      En fin que en este panorama de futura discordia, parece  que en Veracruz las cosas pintan bien, los dos candidatos que se ven en el panorama, Roció Nahle y José Yunes Zorrilla “Pepe Yunes” son gente prudente, con oficio y vocación política, cada uno desde su trinchera tendrá la oportunidad de mostrar sus proyectos y habilidades para convencer sin presiones al electorado, ojala que quienes completen el cuadro sean de la misma catadura para no atravesar por indeseables sobresaltos, que para entonces disfrutemos de la misma tranquilidad que ahora se vive desde el cambio de funcionarios en la administración estatal. Por el bien de la causa.

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