La guerra de Cuitláhuac Garcia contra el derecho de organización

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Samuel Aguirre Ochoa

Hemos dicho en varias ocasiones que el gobierno de la Cuarta Transformación ha eliminado de facto los derechos de organización, petición y libre manifestación, y que para no tener que llevarlo al Congreso de la Unión y modificar la Constitución Política del país, ha recurrido a la burda maniobra de criminalizar a las organizaciones, acusándolas de corruptas. Es decir, ha eliminado algunas de las conquistas históricas que ha logrado el pueblo mexicano en sus luchas, aprovechándose de que la gente está harta del lastre que significa la corrupción.

El gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, trata de imitar al presidente López Obrador y ha emprendido una burda lucha en contra de las organizaciones sociales y políticas en el estado, utilizando para ello todos los medios a su alcance: la represión administrativa, la represión policiaca, las campañas negras en la prensa, pero al parecer, uno de sus métodos favoritos es el uso de sicarios para atacar a sus adversarios.

Así se explica el secuestro de 4 integrantes del Movimiento Antorchista en el municipio de Veracruz el pasado jueves 8 de octubre, a quienes mantuvieron encerrados y bajo tortura física y psicológica durante más de 48 horas y que finalmente fueron liberados por la presión social que ejercieron las movilizaciones y la denuncia en medios y redes sociales. Ya con anterioridad se habían presentado hechos similares a este, citaré algunos casos: la amenaza de grupos armados a través de videos en contra de un integrante del Comité Estatal de Antorcha del municipio de Tantoyuca el pasado 29 de septiembre (tenemos los videos); las llamadas telefónicas de extorsión e intimidación en contra de más de 150 jóvenes activistas, deportistas e integrantes de los grupos culturales de Antorcha, así como algunos secuestros virtuales de jovencitos a los que lograron impactar, causándoles graves daños psicológicos a algunos de ellos y mensajes de intimidación a varios dirigentes antorchistas. Una verdadera guerra con el propósito de amedrentar.

¿Quién controla a estos sicarios, si el gobernador ha declarado que ya no existen grupos delincuenciales en Veracruz?, es evidente que solo lo puede hacer algún funcionario con poder dentro del gobierno y no hay que ser sabios para saber qué áreas de éste tienen capacidad para esto.

El gobernador Cuitláhuac García organizó una conferencia de prensa en la Sala de Banderas de Palacio de Gobierno con el único propósito de criminalizar a los 4 seres humanos que fueron secuestrados el jueves 8 de octubre a las 3 de la tarde. Participó él, el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, y la Fiscal General del Estado, Verónica Hernández Giadáns, quien por cierto ni la fecha del secuestro sabía pues se equivocó de día. Se le fueron encima como fieras a 4 jóvenes cuyo único delito es ser antorchistas y haber dedicado la mayor parte de su vida a trabajar en la reivindicación de las demandas de los sectores humildes de Veracruz; son gente humilde, honrada y trabajadora que dedica su energía a luchar por conquistar mejores condiciones de vida para los colonos y campesinos pobres.

Ahora estos tres funcionarios acusan a las víctimas de pertenecer a un grupo delictivo con lo que demuestran la falta de escrúpulos y de ética, acción que implica una verdadera injusticia, pues después de haber sufrido los daños de la criminal tortura se les calumnia vilmente. ¿Qué tipo de gobierno es este?, ¿se le puede calificar de izquierda o de progresista como se autodenominan ellos? Ningún gobierno progresista actúa de esta manera. Si realmente fueran criminales lo que procedía era haberlos denunciado y sometido a juicio. Para cualquier persona que tenga dos dedos de frente, queda claro que el gobierno de Cuitláhuac García está inventando una narrativa para tratar de lavarse la cara después de agredir al Movimiento Antorchista.

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