Monarquía a la jarocha.

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Por Luciano Blanco Gonzalez.

La cultura política de la mayoría de los mexicanos, obedece a una anémica formación que se desprende de la información que recibimos de diversas maneras y que la procesamos según la propia situación económica, experiencias, educación e ideología. Por ello carecemos de visión de futuro, de conciencia social y de  capacidad de análisis crítico que nos permita encausar las políticas públicas por los senderos que la nación reclama. Colocando en nuestras mentes tabús que nos inclinan a no aceptar determinadas situaciones que cotidianamente se viven.

Así, tenemos una tendencia natural a rechazar por ejemplo la participación del clero en temas de políticas públicas y en materia electoral, porque la historia nos a enseñado el actuar dañino y nefasto de esta institución en contra del pueblo de México, convirtiéndonos en actores laicos que rechazamos las incitaciones blasfemas de la clerecía cuando transgrede la esfera religiosa y se inmiscuye en el campo prohibido de la democracia.

Cuando menos eso creemos los ingenuos, por que el clero católico es uno de los factores que más influyen en las grandes decisiones políticas en el sistema Mexicano. No recuerdo ningún creyente de una religión no católica, como candidato a Presidente de la Republica, ni en Veracruz como candidato a Gobernador. Aunque en ambos niveles hemos tenido Presidentes libre pensadores que restringieron las agresivas y retardatarias exigencias de los católicos a los que se enfrentaron como el caso de Plutarco Elías Calles y más tolerante El General Lázaro Cárdenas, quienes se preocuparon por  remediar la irritación religiosa mediante contentillos imponiendo a 2 sucesores “mochos” Emilio Portes Gil y Manuel Ávila Camacho. En Veracruz la tinta de este color la puso el General Adalberto Tejeda, por cuya causa la iglesia todavía eleva a santos a quienes desde la jerarquía se le enfrentaron.

La cita de introducción es para comentar la interesante nota de la periodista Claudia Montero publicada en este portal de alcalorpolitico.com el día 5 del presente, en el que da cuenta del peso político que tiene la consanguinidad, para influir en las decisiones democráticas tendientes a la constitución de los poderes municipales.

30 municipios de un universo de 212, serán gobernados por las esposas, hermanos, hijos, primos y parientes de los alcaldes salientes, habría que anotar que estos son los que triunfaron, pero seguramente el intento fue mucho mayor, pero fueron derrotados en las urnas.

Esta versión nos ilustra sobre la preeminencia que aun tienen los caciques regionales sobre la voluntad popular para imponer a sus ciudadanos los gobernantes que ellos elijan, pero habría que preguntarnos si esta práctica es antidemocrática por la supuesta influencia que les da su posición para presionar al electorado par que voten en determinado sentido o bien en estricta justicia el voto es de respaldo como reconocimiento a un buen trabajo que realizan los ediles y con ello logran concitar a favor de sus candidatos el voto mayoritario para perpetuarse en el poder a través de sus familiares.

Aquí habría que pensar en lo que la mercadotecnia llama marca registrada, el nombre y apellido de  un gobernante, traslada su prestigio o desprestigio a toda su familia por una sinergia natural que corre como el agua entre la opinión pública, endilgando en el parentesco todas las virtudes y defectos  que pueda tener el pariente. Frente a él, puede haber alguien que lo supere en calidad, pero hemos sido educados con el principio de que la marca registrada es la mejor y cegados por ese absurdo generalizado, aceptamos el plus con los ojos cerrados y nos vamos de boca.

No se ha visto a lo largo de la democracia Mexicana, que los Presidentes impongan a sus esposas hijos o hermanos para sucederlos, aunque ha habido intentonas y no precisamente declaradas o intentadas por los titulares, tal es el caso de Manuel Ávila Camacho, de quien se dice que su hermano Maximino, pretendió forzar su designación concluyendo con una misteriosa muerte por envenenamiento. El Capitulo de la compañera María Esther Zuno, esposa de Luis Echeverría, es aparte porque solo fueron rumores.

Por eso suena chusco y ridículo que el Ex Presidente Felipe Calderón, en sus delirios etílicos pretenda perpetuarse y para ello. Aun a costa de dividir al Pan.- alenté a su esposa Margarita Zavala, a postularse para la primera magistratura del país, la señora afecta a ridiculizar a sus adversarios, degustando Peje en Tabasco, es una excelente dama que se solaza con ocurrencias que la sembraran a medio camino. Sobre todo porque a ella se le identifica con un gobierno que ya fue juzgado en las elecciones del 2012 en que no fue capaz de conservar el poder. Y en la que Felipe endiosado por sus corifeos se sintió adorado por el pueblo y por la reiterada afirmación de que “el PRI está muerto” sigan creyéndoselo.

En el caso de los Gobiernos Estatales el promover a la familia en la sucesión es un caso actual y vigente que la ciudadanía acepta indiferente, tales son los casos más conocidos, los de Rafael Moreno Valle del PAN, nieto del también Gobernador Poblano General Rafael Moreno Valle. O de Manuel Velazco Coello, nieto del también Ex Gobernador Manuel Velazco Suárez, los hermanos Humberto y Rubén Moreira en Coahuila.

Para nadie es desconocido que el Partido de Acción Nacional ventila entre su militancia la posibilidad de proponerle al pueblo Veracruzano la postulación de Miguel Ángel Yunes Márquez como candidato a suceder a su señor padre el Licenciado Miguel Ángel Yunes  Linares en la Gubernatura del Estado.

El Señor Andrés Manuel López Obrador, líder nacional del partido Movimiento de Regeneración Nacional ha dicho que el Gobernador pretende por ello, implantar una monarquía en el Estado, pero de ser cierto, doctrinalmente no es así, aquí si hay conflicto, cotejo, controversia, porque en un sistema democrático, obedeciendo las normas legales y cumpliendo con los requisitos de ley, podemos proponer a todos, a quien sea,  independientemente de las líneas sanguíneas, pero todos decidiremos de entre las opciones que nos propongan los demás partidos.

No sé si Don Andrés calificaría con el mismo nominativo de monarquía, si se diera el caso de que el PRI o el Verde postularan a candidatos de estirpe como el caso del empresario Miguel Alemán Magnnani, cuyo padre y abuelo fueron gobernadores del Estado. O Javier Herrera Borunda, hijo del también Ex gobernador  Fidel Herrera Beltrán.

La transmisión del poder por efectos de la consanguinidad , característico de las monarquías en nada se parece a lo sucedido o por suceder en Veracruz, Veamos La monarquía hereditaria es una forma de gobierno en la cual el monarca es el heredero,  normalmente es un hijo, del monarca anterior.

En una monarquía hereditaria, todos los monarcas provienen de la misma familia, y la corona pasa de un miembro a otro de la familia.

Nada de elecciones, nada de conflictos o usurpaciones, solo la familia decide en base a la jerarquía establecida Cuando un monarca muere (que no termina su periodo como en la democracia.- Su periodo de gobierno es la duración de su vida), el trono volverá a ser pasado a su descendencia, o, si no la hay, a un hermano, hermana, sobrino, sobrina, primo, u otro pariente. Las monarquías hereditarias tienen su sucesión definida.

En el caso podemos hablar de alguna forma de descomposición de la democracia, si nos apoyamos en nuestros atavismos, pero no de monarquía, ni siquiera de manera despectiva llamarla monarquía jarocha, estaríamos en un equívoco.

Y ya que estamos en la otra sucesión, la del Estado, llama la atención el ejercicio de unidad y de dinamismo que se está viviendo al interior del Partido Revolucionario Institucional, la muestra más reciente se vivió en la pasada Asamblea Estatal, celebrada el día 2 de julio en la ciudad de Xalapa en que nuevamente convergieron unidas todas las fuerzas políticas al interior del partido, preparándose para el desempeño de las futuras tareas, pero también balconeando a quienes ya se encuentran en la carrera grande del 18.

El Senador José Francisco Yunes Zorrilla sigue encabezando las preferencias  como candidato a Gobernador, no tan solo entre la militancia y la dirigencia, sino también entre la sociedad civil, gracias a que continua siendo congruente en el discurso y en el trabajo de gestión, le ayuda que desde su nominación y antes, pinto una línea gruesa entre él y el Duartismo, corriente cuyo actuar representa un pesado lastre para el PRI y para todos aquellos que algo tuvieron que ver con aquella nefasta administración.

El Senador Héctor Yunes, tiene el gran merito de su perseverancia y de que aun nadando contra la corriente significada por la oposición del Gobernador en turno Javier Duarte pudo remontar con una altísima votación los obstáculos perversos que aquel le coloco en el camino y que a pesar de ello subsiste con una fuerza presente en todo el Estado donde junto con Pepe, es conocido, querido y apreciado.

Pepe y Héctor representan al PRI combativo, de trabajo y de respuestas, cercanos a la sociedad que con suficientes merecimientos levantan la mano para ser postulados, aunque el Presidente del PRI Estatal, considere que ciertamente hay otros aspirantes,  a ellos, Señor Presidente del partido, habría que preguntarles a  donde estaban cuando el partido se batia en una batalla desigual, sitiado por la oposición y por el gobernador Duarte con su pandilla operando en contra, tratando de hundir al partido y al candidato, la respuesta la sabemos todos los Veracruzanos, ellos, al no complacer sus preferencias individualistas, se encontraban en los bares y centros de recreo conspirando contra las decisiones del partido, creyeron que este iba a sucumbir y dejándose querer anodinamente, adoptaron una conducta abúlica  para demostrarle al partido que su candidato, el candidato de Javier Duarte era la mejor opción y que el partido se había equivocado.

Todos sabemos de sus andanzas colaboracionistas con la oposición, para entregar la elección a cambio de perdón por sus tropelías, anidados en el Congreso Federal, fueron llamados una y otra vez por el Comité Ejecutivo Nacional del PRI, para que se sumaran a la contienda a favor del partido, sus respuestas frente al mando fueron de disciplina y colaboración pero ya en sus truculentos y resentidos coloquios, lo simplificaban todo con la lapidaria frase de “que se los lleve madres, por andar atacando al jefe”, que aun despachaba en palacio. Los que lo pusieron que lo saquen.

Y sin embargo los duartistas existen y son una fuerza poderosa que se mantiene activa y que se fortalece con el retorno de su villano jefe Javier Duarte, cuya admirable capacidad para apoderarse de los escenarios que mueven a la opinión publica nacional, será un factor influyente por su destreza para destilar cicuta de la más dañina, sobre quien él se proponga.

Ahí están y no tardan en levantar sus sucias manos para sin ningún derecho, exigirle al partido participación, algunos para la gubernatura y otros para las senadurías pero si bien es cierto que la política es concertación, el partido no debe de darles la oportunidad en puestos públicos para evitar que continúen medrando a la sombra de un partido digno, cuya trayectoria y logros históricos lo ubican como el mejor partido de México.

Finalmente resumamos la idea de trabajar juntos por Veracruz, independientemente de las siglas partidistas que nos dividen en infructuosos frentes, obcecados y necios, olvidando que sobre nosotros esta una sociedad insatisfecha que nos exige luchar contra los grandes males como la inseguridad y la corrupción que agobian y empobrecen al Estado y sus habitantes y sin dejar de reconocer el gran esfuerzo que están haciendo las autoridades coordinadas por el Gobernador Miguel Ángel Yunes Linares para combatirlas, cuyos frutos de esas acciones en materia de inseguridad, comienzan a vislumbrarse con el abatimiento de importantes bandas de delincuentes en todo el territorio Veracruzano. Ello nos da derecho a cuestionar con razón las ineficiencias oficiales, pero partamos de la premisa, que el gobierno no puede ser al gusto de cada uno, sino que debe de ser apegado a la justicia con el estricto  cumplimiento de la ley. Por el bien de la causa.

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