Festividades por la Constitución Del Cabildo de la Villa Rica de la Vera Cruz (2).

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 Por Luciano Blanco Gonzalez.

Ya vimos en el Artículo anterior, la organización de las 2 expediciones por nuestras costas por parte del Gobernador de Cuba. Diego Velázquez, los descubrimientos de nuestras tierras en el territorio Veracruzano, el arribo de Pedro de Alvarado a Tlacotalpan, el desembarco en la desembocadura del hoy Río Jamapa, el descubrimiento y bautizo de la Isla de Sacrificios y de San Juan de Ulúa y nos quedamos en las exigencias de la tripulación a Grijalba.

Le exigían que poblara porque ellos a eso venían, negándose a hacerlo porque según decía no eran esas sus instrucciones y que estas eran solo para rescatar (cambiar cuentas de vidrio por oro y objetos valiosos, provocando el enojo de su gente que lo tuvieron por tibio, urgía a Garay deshacerse de  Alvarado por exigente e indisciplinado por lo que dispuso que este partiera a Cuba llevando los heridos y enfermos, además de las noticias y el botín producto de los camabalaches. Mientras él se embarcó y continúo la exploración hasta el Rio Panuco, en donde fue combatido bravamente por los naturales en Canoas, retornando a Cuba, con un alto obligado en el Rio Tonalá.

En este trayecto a Panuco, dice Bernal Díaz Del Castillo en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España” e yendo por nuestra navegación, vimos la sierra de Tustla y más delante de ahí a otros dos días vimos otras sierras muy altas, que ahora se llaman las Sierras de Tuspa, por manera que unas sierras se dicen Tustla por que están cabe un pueblo que se llama así y las otras sierras se dicen Tuspa, porque se nombra el pueblo, junto a donde aquellos están, Tuspa” es importante apuntar que estamos refiriendo acontecimientos sucedidos hace 500 años.

Los tropiezos por la inexperencia de Grijalba que se negó a poblar y opto por el regreso, en lugar de poblar  al gusto de Don Diego, para  luego darlo todo por hecho, aunado a las noticias que le llegaban a Velásquez respecto a que el Gobernador de Jamaica Fransisco de Garay había obtenido una autorización de la corona para fundar una colonia en el área de Panuco, calentaban la cabeza al Gobernador de Cuba quien quería para sí el privilegio, que le redituaría grandes beneficios de la corona Española donde tenía buenas relaciones y cabilderos, de ahí que la lucha era contra reloj.

Es entonces cuando aparece en el escenario quien fuera Escribano (Notario) en la provincia de azua (Santo Domingo) y ahora prospero hacendado en Cuba, Don Fernando Cortes Monrroy Pizarro Altamirano o sea Hernán Cortes, originario de Medellín, España donde nació en 1485, de sus estudios, se registran 2 años de estudios en la escuela de gramática en Salamanca, pero por sus ascendientes se presume que adquirió conocimientos jurídicos junto a su abuelo que fue Notario en Medellín, El cronista de Las Casas afirma que fue Bachiller en Leyes, latinista, de él dice Pedro Mártir, que en la enseñanza del evangelio se transformaba de jurista en teólogo,  además era un caballista de primer orden, diestro en el manejo de la espada y maestro de la intriga ya que sabía fingir y disimular sin revelar sus  verdaderos propósitos, con una admirable facilidad de palabra que le mereció el nombramiento de Secretario del Gobernador Velásquez, cargo que desempeño con suficiencia, lo que hace decir a sus cronistas que el cargo le vino chico y del que fue despedido por una deslealtad, lo que provoco una enemistad temporal, pero este detalle fue motivo de resquemores posteriores.

Al recibir Cortes la invitación de Velázquez para encabezar la tercera expedición, aun cuando no era ni militar de grado, ni marino consumado, la acepto de inmediato, es de anotarse que El Gobernador no tenía facultades para organizar expediciones y que en el caso del Gobierno General que residía en Santo Domingo y del que dependía el Gobernador Velásquez, a la partida del Gobernador General Diego Colon en 1515, el gobierno quedo a cargo de la Audiencia, contra quien arreciaron las quejas por los múltiples atropellos que se cometían en contra de los indios por parte de los encomenderos por lo que la Corona creo una Comisión, integrada por Tres frailes Jerónimos cuyo mandato se limitaba a tratar de frenar los excesos contra la población nativa, pero estos una vez instalados comenzaron a entrometerse en toda suerte de asuntos excediéndose en sus funciones de tal manera que eran conocidos como los frailes gobernadores. Pero ni estos, ni la audiencia y mucho menos el gobernador tenían facultades para autorizar las expediciones o la colonización.

En el caso de Juan de Grijalba que comando la segunda expedición Velásquez solicito la autorización a los Frailes Jerónimos quienes se la otorgaron, por lo mismo considero El Gobernador que no era necesario pedir una nueva autorización, considerando que esta expedición (La de Cortes) era una prolongación de la celebrada por Grijalba.

Tan es cierto que ni los frailes, ni la audiencia tenían facultades suficientes para autorizar licencias de esta magnitud que Don Diego conciente de este hecho, envío a España a su capellán Benito Martin, para solicitar autorización para incursionar en Yucatán.

De todas maneras el 23 de Octubre de 1518, Velásquez y Cortes, firmaban ante el notario de su majestad, el pliego de instrucciones, este es el documento en donde se contienen las bases jurídicas en que se sustenta la aventura de Cortes y aquí es donde reafirmamos que el Gobernador se extralimitaba en sus facultades, pues en materia de expediciones podía organizar las que quisiera pero dentro de su territorio.

La facultad para otorgar autorizaciones para organizar expediciones y para poblar era excusiva del Consejo de Indias creado en 1511 para organizar: toda la administración del Imperio Español en estas tierras teniendo entre otras atribuciones: Planear y proponer al Rey las políticas relativas al Nuevo Mundo (poblamiento, relación con los indígenas, comercio, etc.). Organizar administrativamente las Indias, ya sea con la creación de nuevos Virreinatos, nuevas Gobernaciones, etc.

El pliego consta de 30 apartados, siendo los primeros. El de buscar la flota de Grijalba que no aparecía y la carabela de Olid en su caso auxiliarlos, buscar a Seis Españoles que presuntamente estaban cautivos en Yucatán, se establece que el viaje es para exaltar la mayor gloria de dios y aumento de la fe, no permitir a abordo actos carnales ni conductas viciosas, no permitir juego de naipes o de dados, dar a conocer a los caciques quien era el emperador Carlos V así como la obligación de enviarle tributos y averiguar si existían hombres con cabeza de perro, (idea que campeo en el Medievo) y además guardar en arca de 3 llaves, todo el oro, joyas y artículos de valor que pudiese rescatar y efectuar con toda solemnidad y guardando las formalidades del caso la toma de posesión de las nuevas tierras en nombre de la corona.

Esta acta no fue suficiente para Cortes, por lo que acompañado de Andrés de Duero, Alcalde de la villa, le pide al notario que haga constar, “que hiba por el dicho señor adelantado en nombre de sus altezas a poblar las dichas islas e tierras e a descubrir otras” esto lo dijo Cortes y no Velásquez.

Con esto, Cortes se concentra a organizar la expedición, pero por lo que el aporto (tres barcos de su propiedad entre otras cosas) por los empréstitos que contrato, por los acaudalados socios que logro convencer y porque ademas daba anticipos a lo que sería su tripulación, más que el organizar una expedición de refuerzo parecía que organizaba una fuerza de conquista lo que incomodo grandemente a Velásquez, quien trato de detenerlo, poniéndole varios obstáculos.

Cortes, avispado sobre las intenciones de Velásquez, una mañana acompañado de un importante sequito concurrió a la iglesia a que le bendijeran su bandera con una leyenda en latín cuya traducción era “Amigos, sigamos la cruz, que si tenemos fe, con esta señal venceremos”.

Don Diego trato de detener la partida, llegando en el último momento para increparlo sobre a que obedecía esa mudanza, afirman que Cortes le quito el sombrero y le dijo” Señor, dios quede con vuestra merced, que yo voy a servir a dios y a mi rey, a buscar con estos mis compañeros, mi ventura”

Cortes sale de cuba realmente como en fuga, sin alimentos, sin caballos, sin artillería y con insuficientes marinos de lo que se provee en las escalas que hace en La Macaca y en la Trinidad en donde había órdenes de Velásquez para detenerlo pero el mismo alcalde se declaro incompetente para hacerlo por carecer de medios para ello.

Cortes venia ya rebelado, pero además constituía un peligro para la expedición la gente leal a Velásquez que en gran número formaban parte de la expedición, solo que cortes era mas audaz y de el emanaba autoridad y mando para hacerse respetar y así tenía que ser, puesto que de los once barcos que formaban la expedición 6 (3 en sociedad y 3 rentados) eran de Cortes, 5 de Velásquez.

La expedición partió de Cuba el 10 de Febrero del año 1519, e hizo escala en Cozumel, donde desembarcaron en la hoy Playa de San Juan, ahí Cortes hizo un repaso de sus haberes, paso lista y asigno mandos, así resultaron 560 soldados incluida la marieria, 32 ballesteros, 13 escopeteros.

Ahí Hernán Cortes se encontró un verdadero tesoro, un traductor en la persona de Gerónimo de Aguilar un náufrago de Jamaica que junto con otros 8 compañeros lograron sobre vivir y que ahora por la gracia de dios se encontraba con sus compatriotas, con la virtuosa ventaja de hablar la lengua de los naturales, lo que posibilitaba al conquistador de salvar el gran obstáculo del dialogo y el entendimiento que da la comunicación.

Más adelante Cortes después de una fiera batalla concordó la paz en Cintla Tabasco, a la margen del rio Grijalva,  tomando posesión de la misma y en donde entre otro de los grandes y valiosos presentes, le obsequiaron una poderosa Cacica, señora de pueblos y vasallos de nombre Malintzin que como traductora que fue por su habilidad para aprender las lenguas indígenas y el castellano, los Españoles le llamaban “la lengua” y fue la Llave maestra con que el conquistador abrió las puertas del Nuevo Mundo ya que ella fue el instrumento que utilizo Cortez para lograr sus aviesos fines. Debutando como tal una tarde en San Juan de Ulúa, en que inútilmente trataban de dialogar con los emisarios de Moctezuma, descubrieron que Doña Marina, platicaba desenvueltamente con las mujeres que ahí andaban de ahí para adelante con la triangulación con Jerónimo de Aguilar se hizo la luz.

El Viaje a San Juan de Ulúa, fue para Cortez como una excursión, sus marineros, le mostraban y le describían lo que conocían, el paraje de Tonalá, el gran rio de Guazacalco, El Papaloapan, Jamapa, Isla de Sacrificios y nada de ello pareció interesarle. El venia directo a San Juan de Ulúa, venia en busca de las ricas tierras que había descrito Grijalba y por el oro que ellos buscaban como hechizados por todas partes al que los de marineros de los anteriores viajes que lo acompañaban, le referían las maravillas que su intuición les dictaba.

Por fin el jueves santo de aquel 1519, que el historiador Juan Mirayes, identifica en aquel año como el 21 de Abril, llego Cortez a San Juan de Ulúa, donde de inmediato fue abordado por enviados de Moctezuma que en su nombre le fueron a dar la bienvenida, ofreciendo cualquier apoyo o ayuda que necesitara y que deseaban saber quiénes eran, de donde venían y que querían, correspondiéndoles Cortez con palabras amables y amistosas diciéndoles que venían a verlos y a contratar y que no se les haría enojo ninguno y que dieran por buena su llegada a estas tierras.

Recordemos que El Gran Señor Moctezuma, tenía apostados vigías que vigilaban la mar por todas partes para avistar a las casas flotantes de que tenía noticia por las anteriores expediciones y por la inquietud de todo su reino por investigar si se trataba del regreso de Quetzalcoatl, que conforme a la leyenda regresaría algún día, encontrándose realmente impresionados por aquellos hombres blancos y barbados que ya en 2 ocasiones los habían visitado y según tenían noticias de que eran hombres esforzados para la guerra por los acontecimientos bélicos de Yucatán, Campeche y Tabasco.

La constitución del Cabildo en la Villa Rica es consecuencia de una serie de acontecimientos que se entrelazan entre si y que provocan mas adelante inquietudes entre la marinería y la soldadesca por la rivalidad generada entre el miedo de unos y la ambición de otros, los unos satisfechos de los rescates de oro ansiosos de regresar a Cuba y los otros ávidos de quedarse para poblar, conquistar tierras y riquezas.

Por ello es que en el presente artículo, solo se pretende compilar una serie de circunstancias que se entrelazan como levadura que fermento para crear nuestro moderno sistema de instituciones y en el que se pretende la participación de La Corona Española y de La Iglesia cuando todo se hizo a espaldas de estos como se relatara en el siguiente artículo, si dios nos da vida.- Por el bien de la causa.

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