Bendita democracia.

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Por Luciano Blanco Gonzalez.

Bendita Democracia Mexicana que nos permite tener en nuestras agobiadas vidas, periodos de intensa atención a quienes somos ignorados, marginados, olvidados y a veces arrinconados en oprobiosas situaciones de Miseria. Las elecciones nos hacen sentirnos importantes a todos y ante todos los candidatos y partidos  en el poder que aspiran a empoderarse o a perpetuar.

Nunca como en los periodos electorales, los Ciudadanos valemos tanto. Los del poder nos hablan con cariño, con distinción nos ensalsan, nos hablan con el nominativo  del Don, aunque no tengamos ni los filones  de oro, ni los pilares de plata que el erario y Doña Blanca poseen en abundancia. No importa que uno sea desarrapado, sin dinero y sin tarjetas de crédito, en las urnas un voto de un rico o un pobre vale lo mismo.

Solo tenemos una poderosa moneda, capaz de romper o de consolidar las más fuertes estructuras de dominio, de control y de Gobierno que se encuentran construidos sobre la más sólida base que poseen los pueblos democráticos llamada soberanía, constituida de un material sublime, que los juristas eruditos llaman voluntad popular y que se compone de la decisiones individuales, libres y universales que expresada, en un proceso electoral se llama sufragio.

Desafortunadamente la voluntad popular esta hecha de un material moldeable y consecuentemente maleable que fácilmente se descompone, con ideas, con emociones, con pasiones, con satisfactores, con falsas promesas, con viles engaños, que inclina a quienes tratan de conquistarla a darle forma a su conveniencia, corrompiéndola de mil maneras, difícilmente a favor de la patria o de su comunidad, mas que nada para servirse de ella en beneficio de los intereses que representa, arrojando las sobras y las menusas a un pueblo necesitado y urgido de ayuda para sobrevivir.

Por ello para los pobres y para los ignorados ciudadanos, las campañas son la única época en que son atentidos y escuchados, es la única ocasión que tienen un valor como ciudadanos, es asombroso observar a los hombres del poder, hipócritamente humildes, vestidos de mezclilla, empolvarse y exponerse al calor, sufrir los más agotadores flagelos que producen los pesimos caminos y carreteras para visitar hasta las comunidades más remotas, para solicitarles su apoyo y ofrecerles todo tipo de soluciones que si llegan al puesto para el cual se postulan prometen que cumplirán a los ahora poderosos electores, lo que no dicen es que nunca jamás volverán a visitarlos, ni para agradecerles.

El Ejecutivo Federal, los Gobernadores de los Estados, sus Partidos y todos sus colaboradores enajenan a las multitudes con sus programas asistencialistas que hacen olvidar de momento el hambre, las enfermedades y la agobiante resignación por la pobreza y el atraso, dejando para la clase acomodada un espejismo del progreso reflejado en aeropuertos, autopistas, puertos, carreteras, libramientos, hospitales y un increíble mundo de libertades para invertir y progresar, para estudiar y ascender.

Para el Filósofo pensante y crítico, para el poderoso satisfecho y discriminante y para la tercera parte de la población que no vota, inspirada en el valemadrisimo, esta es una época de fastidio y casi de terror psicológico por las andanadas cursileras del veneno subliminal que se destila en las propagandas oficiales y en la propaganda aberrante de los diseñadores del marketing partidista que la difunden en chocoso exceso.

Ellos se ofenden por la difusión de las maravillas hechas por la oficialidad mandante y por los aspirantes a sustituirlos con su infalible magia bienhechora que con un pase mágico lo transformaran todo, y cual si  fueran el sumo creador lo cambiaran todo, dándonos sin dudar el mundo feliz en el que aspiramos a vivir.

El otro estrato, el de los jodidos en el que nos encontramos la mayoría de los Mexicanos, soñamos en que nuestros candidatos, nuestros grupos se enquisten y con ellos   ensartar la posibilidad de tener la oportunidad de disfrutar de una pequeña gotita de miel, traducida en influencia dentro de los círculos de poder que nos permita conseguir un empleo o gozar de la tranquilidad de sentirse protegido, pero hay un estrato mayoritario que quisiera que nunca terminaran las campañas políticas, que les permiten paliar su eterna hambruna e inmensas necesidades, ven, sienten y viven las campañas como la salvación en el duro camino de la vida, entre fatigas y decepciones, caen, se levantan y continúan implorando la ayuda, intentando llegar a un final feliz, las campañas para ellos en que todo se les pinta con un futuro color de rosa son su salvación.

Sus sueños, son similares a la dura  travesía bíblica del pueblo judío hacia la tierra prometida, cuyo Dios protector, durante el trayecto por el infernal desierto, para protegerlos de los ardientes rayos del sol, de día los protegía con el frescor de una mansa y misteriosa nube que los seguía en su peregrinar y durante las heladas noches una nube de fuego les daba calor para un agradable descanso.

Cuando los alimentos se agotaran y fueron flagelados por el hambre y por la sed, mientras el desierto solo les ofrecía el candente viento y la arena seca, el inspirador religioso y político de los errantes judíos, hacia llover del cielo un alimento exquisito al que llamaban Maná, con sabor a pan, a leche y miel, o al sabor que sus paladares eligieran.

Así, como en aquella bíblica travesía en las campañas les llueven y les lloverán miles y millones de despensas alimenticias para mitigar el hambre, les llegan y les llegaran los mini proyectos productivos a fondo perdido, en lotes de borregos, aves cerdos, huertos frutícolas, árboles, tianguis agropecuarios, con machetes, limas, alambre de púas, grapas, y toda clase de insumos, equipos deportivos, balones, pintura para los campos deportivos, computadoras para los maestros quienes en gratitud apoyaran al benefactor, celulares para los líderes agrarios y de colonias, se ampliara el padrón para aumentar miles de becas a los estudiantes, pensión para las madres solteras, más dinero para nosotros los ancianos de la tercera edad con 65 y más, pisos firmes,  un cuarto más, se vigilara que los hospitales cuenten con suficientes médicos y medicinas para cubrir las necesidades del seguro popular, con el pretexto de cuidar la salud arribaran las brigadas médicas, los equipos de ultra sonido, las colcospias, los aparatos para practicar los papanicolaos, los exámenes de la vista, los lentes baratos y como hacia años, particularmente en Veracruz refulgirá la obra pública, hospitales, escuelas, caminos, carreteras, puertos, autopistas y obras Federales y Estatales como en décadas no las teníamos. Benditas elecciones.

Durante todo el desarrollo de las campañas, seguirán vigentes los programas asistencialistas de PROSPERA Y SEDESOL, tanto a nivel Federal como Estatal, pero en términos de Ley lo que les esta prohibido a los Gobiernos es el difundir en los medios de comunicación, toda propaganda oficial, o condicionar o  condicionar a alguna situación la entrega de los apoyos.

A quienes si les está estrictamente prohibido por la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales es a los partidos políticos y coaliciones, a los candidatos y a sus equipos de campaña, quienes no pueden promoverse mediante el obsequio de ningún bien alusivo a los eventos electorales, según establece el Artículo 209 de la Ley en comento  en su fracción 5. La entrega de cualquier tipo de material que contenga propaganda política o electoral de partidos, coaliciones o candidatos, en el que se oferte o entregue algún beneficio directo, indirecto, mediato o inmediato, en especie o efectivo, a través de cualquier sistema que implique la entrega de un bien o servicio, ya sea por sí o interpósita persona está estrictamente prohibida a los partidos, candidatos, sus equipos de campaña o cualquier persona. Dichas conductas serán sancionadas de conformidad con esta Ley y se presumirá como indicio de presión al elector para obtener su voto.

 

Ojala y todos respeten este precepto, desafortunadamente existen multitud de trucos para violarlo, además de una autoridad sumisa y tolerante que hasta ahora a sido inútil para contener estas practicas dañinas de la democracia, tanto que hasta ahora no ha podido, ni podrá desterrarlas, a lo que hay que agregar que quien truquea su voto o lo vende en gratitud  no va a denunciar, por el contrario, espera que le den más.

En fin, lo ideal es que imperen las ideas limpias y las propuestas realizables, para que sobre el voto mercenario y sucio, prevalezca el sufragio digno emitido en conciencia que privilegie los intereses de la nación, del Estado y de las comunidades y no el egoísta  beneficio de unos cuantos que envilecen y degradan a la democracia, manteniéndonos en una subcultura de la que ya debemos emerger, para convertirnos en verdaderos arquitectos de un mejor destino para todos los Mexicanos de hoy y del mañana.- Por el bien de la causa.

 

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