Los idealistas no morimos del todo
Por Feliciano Flores.
En este año que está por concluir, muchos amigos y familiares decidieron partir antes que yo; muchos ni siquiera se despidieron de mí…otros, me anunciaron su posible partida pero no tuve el tiempo de estar con ellos para decirles “Adios” o “hasta luego”.
Sin ir muy lejos en el tiempo, el día 8 del mes en curso he tenido que llorar junto al amigo Francisco Hernández y cerca de la compañera Marichuy, la inesperada partida de la Maestra Maribel Sánchez Uscanga, quien en vida se caracterizó por ser un aguerrida mujer, de gran convicción, de gran valía, siempre luchando por las causas nobles y justas, despertadora de conciencias para lograr un México, más democrático, más igualitario, más solidario, más humano, siempre al lado de los más humildes, de los relegados por el sistema neoliberal, de aquellos siempre olvidados por la historia, a los no visibles para los gobiernos no identificados con pueblo.
En vida, ella nos mostró a todos aquellos que luchábamos por un cambio real y verdadero, el autentico rostro de la solidaridad. En el año 2016 recuerdo que brindaba su casa para reuniones de campaña; ahí llegaban los jóvenes de Chiapas, de Jalisco, del Estado de México, de la Ciudad de México, de Tabasco y de otros estados de la Republica, para apoyar a los candidatos del pueblo, que sin dinero, pero con gran amor a la causa nos enfrentábamos con decisión a la clase dominante de la región representada por un cruel y feroz caciquismo. Esa entrega, ese esfuerzo y esa decisión de lucha de la maestra Maribel no fue en vano, Dos años después, el pueblo instauró en nuestro país un gobierno popular, como ella y muchos de nosotros lo deseábamos.
En la campaña del 2018 donde se logró el triunfo electoral, nuevamente, la figura de la maestra Maribel se hizo presente, ahí nuestro grupo jamás claudico ante los poderosos de la comarca, ahí estuvimos con el compañero Abelardo, con Angélico, con Atalo, con Roberto Flores, con la maestra Trinidad Olivares, Con con la maestra Janeth Arreola, con Dominga del Angel, con el profe Feliciano, con el Profe Francisco, en fin con un selecto grupo de compañeros que solo luchábamos por un ideal democrático.
Al imponerse el poder popular sobre la clase política dominante e iniciarse el periodo de transición, nos incorporamos a los Censos para el bienestar, sin remuneración alguna, y, nuevamente la casa de la maestra y de su esposo Francisco Hernández dio cobijo al Delegado Regional de los Programas Sociales Integrales, sin egoísmos, si afán de lucro…ahí en su casa nos reuníamos para recibir asesoría sobre los programas sociales de Desarrollo y el uso adecuado de los dispositivos para llevar con eficacia los Censos.
Hoy, junto a su esposo Francisco Hernández, la compañera Marichuy y otros muchos camaradas de lucha y otros de trabajo, lamentamos la partida de Maribel, de la mujer, de la esposa, de la maestra y de la amiga. Para ella, que se nos ha adelantado, le decimos que su huella es imperecedera, que seguiremos luchando por un México mejor donde las nuevas generaciones puedan gozar en un futuro no muy lejano, de un humanismo superior.
Maestra Maribel, la conocimos como una estrella, con luz propia sin el afán de querer opacar a otras estrellas. Usted nos enseñó que en el trabajo político-social hay que actuar sin el deseo de ser protagonistas. La humildad y la sencillez deben ser las características fundamentales de nuestra labor ante el todo social.
Maestra Maribel hoy he comprendido que la vida se desenvuelve suavemente en un pedazo de tiempo… y el final de una existencia, no concluye en los límites de un pensamiento revolucionario como el de usted.
Amigos y compañeros, sigamos luchando, a semejanza de Maribel, de manera pacífica pero enérgica.
COMPRENDAMOS QUE LA VIDA, NO ES CORTA NI LARGA, SINO ÚTIL O INÚTIL, ES COMO EL TERRENO, DONDE EL COMPAÑERO CAMPESINO SIEMBRA SU GRANO, FÉRTIL O ESTÉRIL. LA VIDA DE LA COMPAÑERA MARIBEL FUE ÚTIL. FUE FÉRTIL DEFINITIVAMENTE: LOS IDEALISTAS, NO MORIMOS DEL TODO
