La contingencia sanitaria y algunas consecuencias.

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Por Luciano Blanco Gonzalez.

Como sabemos todo el mundo está agobiado por la amenaza real de las enfermedades, la muerte, la tristeza, la soledad y la pobreza que un virus maligno provoca sobre toda la humanidad.

Sus nocivos efectos ya hacen presencia en todo el territorio nacional, solo que hay la impresión mundial de que los mexicanos parecemos inmunes e indiferentes y no es así, están equivocados quienes piensan de esa manera, la sociedad está preparada para enfrentar la contingencia, hemos tenido más de tres meses para conocer los detalles de la pandemia y aquí se morirá quien se quiera morir por dejadez o imprudencia.

Frente a los demás países afectados tenemos la fortuna de que el mal a volado a nuestra nación lentamente, tan lento que ello nos ha permitido informarnos de todas las variantes del mal y prepárarnos para enfrentarlo, sabemos cómo se contagia, sabemos que ataca preferentemente a los mayores de edad, sabemos que los jóvenes y los niños contagiados son más que nada portadores, sabemos que es previsible y lo más importante, sabemos que es curable.

El virus no es letal, es decir no es mortal por necesidad, se convierte en tal cuando no es combatido con la celeridad que requiere su peligrosidad, ese es el problema mayor, un caso no es sumo problema, la dificultad se presenta cuando el número de enfermos se eleva de tal manera que es imposible, humana y técnicamente atenderlos a todos por el gran número de casos que se pueden presentar simultáneamente, que es cuando se rebasa la capacidad instalada en clínicas y hospitales.

Ahí es en donde se presenta la crisis y la posibilidad de una muerte segura para todos aquellos que por padecer, enfermedades crónicas y por ello carecen de suficientes defensas como los hipertensos, los diabéticos, los portadores del VIH sida los tuberculosos, los palúdicos y también quienes forman parte de los grupos más vulnerables que son los mayores de 60 años entre otros, que son en contra de quienes los virus se ensañan.

Si no se toman las previsiones con seriedad, como el aislamiento cuarentenario y evitar la movilidad según los cálculos de la propia Secretaria de Salud, en México tomando los parámetros mundiales se prevé que el número de enfermos frisaría alrededor de 250 mil 656 personas contagiadas por coronavirus, de los que 140 mil 367 convalecerían en sus casas, 24 mil 564 serian hospitalizados pero se mantendrían estables  y 10 mil 528 podrían tener cuadros graves y necesitar cuidados intensivos.

Lo dramático de estas previsiones es que en este momento para atender a los enfermos se cuenta solamente con 4291 camas de hospital y 2053 ventiladores, sin embargo la misma Secretaria se prepara para que de ser necesario para los tratamientos de terapia intensiva se reconviertan un buen número de camas  para atender el mayor número de pacientes.

Consideran que si el número de personas graves ascendiera a 10 000, no se sabe en qué momento de las doce semanas que se tienen calculadas seria el mas critico, en el peor de los escenarios se calcula que podrían ser entre 1500 o 1800 pacientes.

La preparación del personal médico desde hace semanas nos hace pensar que ya tenemos un ejército de sanitario para enfrentar la contingencia, compuesto por 37 596 médicos generales, 112 mil 42 enfermeras, 1264 urgenciologos, 207 neumólogos, 174 infectologos y 440 epidemiólogos, según fuente de El Universal.

Por ello creemos, que mientras El Presidente parecía no dar importancia a la pandemia perdido en su narcisismo y obnubilado por los discursos laudatorios del Sub-Secretario de Salud López Gatell, que hablaba no sabemos si en tono de burla o reconociendo realmente la invulnerabilidad de su jefe, en el silencio y con prudencia se preparaba un plan serio que no alarmara a la población pero del que esperamos en su operación  buenos resultados.

El Presidente aparentemente tardo mucho para reaccionar, pero lo está haciendo con altura, está sembrando la calma y la esperanza en que la población será atendida adecuadamente en el momento en que lo requiera que para ello estará pendiente toda la infraestructura hospitalaria, sumando a ello, a instituciones serias como el ejército y la marina con sus instalaciones, es posible que si la enfermedad rebaza la capacidad, los barcos de la marina sean habilitados como hospitales y los cuarteles como centros de aislamiento.

Pero a preparémonos, para vivir los tiempos difíciles que ya estamos pasando, de la invitación dulce y amable que nos hace El Presidente, viene la mano dura de las fuerzas armadas que en los momentos graves habrá de ejercitar para obligar a los que no entienden a conducirse con responsabilidad. Ya los veremos sacando a los bañistas de las playas o impidiéndoles el paso, es posible que para evitar los desplazamientos en las carreteras detengan los vehículos y es posible también que ciudades enteras se cuarentenen prohibiendo la libre entrada o salida de la gente que no obedezca, pero también veremos a soldados y marinos, como mexicanos abnegados y solidarios, retirando los cadáveres de quienes mueran por el coronavirus,  que no tienen familiares o teniéndolos los abandonan por miedo a exponerse a los contagios.

Para ello no es necesario que el presidente decrete el estado de sitio o la queda nocturna, se aproxima un cierre masivo de comercios, el cierre de iglesias y templos en todo el país que ya está en marcha, así como la suspensión de todos los eventos masivos, a ello se sumara el cierre de restaurantes, bares, cantinas, casinos, cines, peluquerías, salones de belleza, se perseguirá a todo el comercio informal, el ambulantaje, el transporte urbano y rural, se paralizaran oficinas públicas, se cerraran carreteras y un sin fin de eventos hasta ahora no imaginados, si no nos cuidamos y si no obedecemos las medidas sanitarias que por la seguridad y la vida de todos los mexicanos tomara El Consejo de Salubridad General que ya ayer enseño las narices al reunirse por primera vez en varios años.

El Consejo de Salubridad General, establecido en La Constitución General de la República en el Articulo 73 Fracción XV.- es el instrumento legal del Gobierno Mexicano, que depende directamente del Presidente, El Consejo es un órgano ejecutivo y sus disposiciones son obligatorias en todo el país, inclusive puede dictar medidas preventivas sin la intervención del presidente en caso de epidemias de carácter grave o peligro de invasión de enfermedades exóticas. Que es el caso.

Ojala y se haga lo necesario sin abusos y sin desaciertos, pues se dañara la estabilidad social y la economía de todo México, el gobierno al dictar las disposiciones debe de considerar el grave daño que infringirá a las finanzas familiares, sociales y empresariales, no todos recibimos dinero oficial, que harán quienes no reciben el apoyo de 70 y mas, o de jóvenes construyendo el futuro, o sembrando vida o discapacitados, aunado a ello que pasara con los que le debemos a los bancos, impuestos de gobierno o a los particulares, sin trabajo, sin trabajar y los intereses y las deudas creciendo cada día, la tarjeta agotada, los bancos acosando y exigiendo el pago, será posible que aunado a las medidas económicas se decrete moratoria a hipotecas y congele las deudas bancarias para que no corran las débitos, todo esto deberá de decretarse si se declara el estado de emergencia, jurídicamente llamada como “contingencia sanitaria” en caso de que la voz redentora y la fuerza moral de López Obrador no convenza a la población de que debe de recluirse y no desplazarse para contener el contagio colectivo en el menor tiempo posible.

Claro, para los trabajadores existen disposiciones que amortiguan su situación económica en la Ley Federal del Trabajo, dictadas con motivo de la pandemia de influenza padecida en el año 2009, por ejemplo en  El Artículo 42 Bis. dice (Textual) En los casos en que las autoridades competentes emitan una declaratoria de contingencia sanitaria, conforme a las disposiciones aplicables, que implique la suspensión de las labores, se estará a lo dispuesto por el artículo 429, fracción IV de esta Ley.- Articulo 429 IV. Si se trata de la fracción VII, el patrón no requerirá aprobación o autorización del Tribunal y estará obligado a pagar a sus trabajadores una indemnización equivalente a un día de salario mínimo general vigente, por cada día que dure la suspensión, sin que pueda exceder de un mes y más adelante ordena.- Artículo 427.- Son causas de suspensión temporal de las relaciones de trabajo en una empresa o establecimiento….VII. La suspensión de labores o trabajos, que declare la autoridad sanitaria competente, en los casos de contingencia sanitaria.

En este caso, ni el patrón ni los trabajadores están obligados a notificarse, el trabajador simplemente no se presenta a trabajar sin que haya sanción alguna y no pierde ni empleo, ni antigüedad. Esto es, si se declara la contingencia, pero si la situación se agrava y se vuelve incontrolable tendrá que dictarse, que es cara si, su costo es muy alto, pero es más caro el costo de no hacerlo, porque están de por medio la alimentación, salud y la vida de los trabajadores.

Así que cada quien estará a salvo, enfermara y en el extremo morirá si lo quiere, si no le importa su salud, porque sabe bien que el virus está en todas partes y que corresponde a cada quien cuidarse y convertirse en agente sanitario de su hogar y de su familia para salvaguardarlos, recogiéndose en su casa, evitando visitas o desplazándose al exterior sin tomar las precauciones pertinentes.

Finalmente, confiemos en que la defensa y protección de nuestra salud está garantizada suficientemente por El Estado, quien bajo la guía del Presidente sabrá organizar a los abnegados obreros de la ciencia médica y deberá poner a su alcance todo lo necesario para que podamos ser atendidos puntualmente y como él, confiar en que los elementos de la naturaleza, los santos, la virgen y toda la corte celestial nos protejan de los efectos nocivos del diabólico virus.- Por el bien de la causa.

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